Anacleto Medina y sus enigmáticas lealtades

Anacleto Medina y Biera, nacido el 26 de julio de 1788 en la Banda Oriental, fue un destacado militar uruguayo de amplia trayectoria en el país, participando en importantes eventos y enfrentamientos.

Integró el cuerpo de Blandengues bajo el mando de José Artigas en 1808, participó activamente en la guerra de independencia como uno de los comandantes de la caballería en la victoria de Guayabos contra los porteños de Manuel Dorrego. Sin embargo, como muchos otros jefes artiguistas, mostró su desacuerdo con la estrategia de Artigas en la Invasión Luso-brasileña de 1816.

Combatió contra los porteños en Entre Ríos bajo las órdenes de Francisco Ramírez y participó en la batalla de Cepeda. También se unió a las fuerzas del gobernador Lucio Norberto Mansilla y apoyó a López Jordán en su campaña contra el gobernador.

Durante la guerra contra el Brasil, Medina destacó en la campaña de 1827 bajo José María Paz, participando en batallas de Ituzaingó, Camacuá y Padre Filiberto. Sin embargo, sus desavenencias con Juan Antonio Lavalleja y su apoyo a la revolución contra Dorrego en Buenos Aires lo llevaron a emigrar a Uruguay junto a Lavalle. A partir de ese momento, se alineó con el partido unitario y apoyó la campaña presidencial de Fructuoso Rivera en 1830.

Junto al caudillo colorado, combatió en las derrotas de Carpintería y Durazno, así como en las victorias de Palmar y Cagancha.

Su participación en la Matanza de Quinteros generó una profunda división y avivó las tensiones entre los partidos colorado y blanco.

En los años siguientes, Medina luchó contra la invasión de Venancio Flores y persiguió al líder colorado en un intento por restaurar el poder del partido blanco. Sin embargo, no logró obtener el apoyo necesario y fue reemplazado por el general Leandro Gómez. A medida que el tiempo avanzaba, Medina se retiró de la vida política y militar, y finalmente participó en la Revolución de las Lanzas junto al general guerrillero Timoteo Aparicio.

Durante la derrota en la batalla de Manantiales de 1871, un anciano y ciego Anacleto Medina fue capturado y ejecutado.

Autor
Pablo Ibáñez
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