Nacido en 1764 en Faro, Portugal, Carlos pasó de los estudios comerciales a la carrera militar, que inicia en el regimiento de artillería de Algarve. La invasión napoleónica a la península ibérica, en 1808, lo expulsa de su país hacia Inglaterra y, desde allí, a Brasil. Pero no va, se entera de las revueltas locales contra los franceses y decide participar de la resistencia.
Tan importante fue su rol que en 1814 era el comandante de las fuerzas portuguesas. Fue designado comandante de armas de la provincia de Alentejo, siempre en Portugal. Pero al año siguiente lo designan como principal jefe de las milicias de voluntarios y recibe la orden de recuperar las tierras que anteriormente eran del reino portugués: la Provincia Cisplatina.
Con más de 50 años, Lecor encabeza a las tropas de Portugal que en 1817 invadieron la Provincia Oriental, en aquel momento comandada por José Artigas. En tres años lo derrota y encabeza la nueva joya del reino desde Montevideo, ciudad cuyos habitantes lo alaban como su "protector".
Pero los problemas de la madre patria afectaron la permanencia portuguesa en la provincia, agravada con el Grito de Ipiranga, es decir, la independencia de Brasil. Sin recursos, en una provincia empobrecida por las guerras, Lecor se alista con los revolucionarios brasileños comandados por el hijo del rey Jorge, Pedro, y se retira a Canelones. Montevideo quedó protegida por los voluntarios, quienes no recibieron más los salarios prometidos.
Si quieren saber más de esta época, les dejamos el primer episodio de la temporada regular de Nautamedia Historia, que está aquí en este episodio del podcast.
La paupérrima situación económica del nuevo reino brasileño dejó a la deriva la situación y se aceleró con la Cruzada Libertadora de Juan Antonio Lavalleja. Así que en 1828 dejó su Provincia Cisplatina para embarcarse hacia su último destino, Río de Janeiro, donde fue nombrado como consejero del rey Pedro I y ministro del Tribunal Supremo Militar.