Francisco Caraballo fue un general uruguayo del siglo XIX, con una influencia significativa en la política de su tiempo. Su vida y carrera estuvieron marcadas por una carrera política turbulenta y una breve presidencia.
Nació en Paysandú en 1798, aunque la biografía que escribió Fernández Saldanha también menciona que alguna gente lo ubicó primero en la ciudad de Canelones. Ingresó en las huestes de José “Pepe” Garibaldi en 1846, quien lo destacó por su valentía en su libro de Memorias sobre la Guerra Grande. Finalizada la guerra, se vincula con el general Venancio Flores en 1855, con el grado de coronel.
En 1856, Caraballo fue designado jefe político de Paysandú, marcando el inicio de una carrera política turbulenta. Reasignado al ejército por el presidente Gabriel Pereira, no dudó en seguir al enemigo del mandatario, el general Venancio Flores, en 1857. A partir de ese momento, ambas carreras serían inseparables.
Incluso sigue al argentino Bartolomé Mitre en su disputa con el Gobierno bonaerense al inicio de la década del 1860. Estuvo en las batallas de Pavón y Cepeda, claves para el triunfo del mitrismo en Buenos Aires. Y se embarcó en la Cruzada Libertadora de Venancio Flores de 1863, dando inicio a la revolución dejó a su compadre en el poder.
Uno de los momentos más destacados de su carrera política ocurrió el 20 de febrero de 1865, cuando el presidente interino blanco, Tomás Villalba, le entregó el poder a Caraballo. Aunque su presidencia duró solo unas horas, antes de traspasar sus poderes a Flores, este breve período en el poder es un testimonio de su influencia y liderazgo. Por su lealtad y coraje, Flores le otorga el grado de brigadier general.
Sin Venancio Flores, se eclipsa Francisco Caraballo: los últimos días
Pero su influencia era la sombra del liderazgo de Flores y, cuando el caudillo fue asesinado en 1868, Francisco Caraballo dejó de sonar en los grandes salones del poder. En 1869, durante el gobierno de Lorenzo Batlle, Caraballo se alzó en armas en la llamada “sublevación del curso forzoso”, exigiendo la permanencia del curso forzoso de los billetes.
Estaba preparando la revuelta contra Lorenzo Batlle y su actitud difusa con los revolucionarios de Timoteo Aparicio terminó de quebrar la confianza de su Partido Colorado, lo que termina en su definitivo eclipse de la vida del país. Luego se va a pelear con López Jordán en Entre Ríos, sin éxito.
El Uruguay que encontró a su retorno estaba absolutamente en crisis. En 1873, también en base a los trabajos de Fernández Saldanha, Caraballo intentó una revuelta para destituir a uno de sus ex subalternos, el coronel Lorenzo Latorre, quien era el gobernador provisorio. Pero no le dio la vida y se murió en Montevideo un año después, en 1874.
Si querés conocer más sobre la historia de nuestro país te invitamos a suscribirte al boletín mensual de Nautamedia Historia. Estamos construyendo una comunidad de interesados en la historia uruguaya.