Isidore Ducasse, el Conde de Lautréamont, el montevideano

Isidore Ducasse. Foto: Wikipedia.
Isidore Ducasse. Foto: Wikipedia.

Nació el 4 de abril de 1846 en la Montevideo asediada por la Guerra Grande. Fue hijo de François Ducasse, el embajador en la ciudad amurallada de la influyente Francia, y de Jacquette-Celéstine Davezac, quien se suicidó poco después del nacimiento de su hijo y fue enterrada en una fosa común.

Del padre se sabe que fue un “coleccionista de mujeres del teatro”. Publicó libros sobre nuestra América y hay dudas sobre su final, si se fundió cuando quiso desarrollar una escuela francesa o falleció en un hotel de lujo. Muchos lo identifican como un duro y honesto funcionario diplomático francés, absorbido por las dificultades de la época; la cantidad de ciudadanos franceses en el Montevideo sitiado era una cifra relevante. De Isidore, se sabe muy poco.

Vivió los trece primeros años de su vida en Montevideo. Partió hacia el país de su padre en 1859 para estudiar hasta 1864 en el Liceo Imperial de Tarbes y el bachillerato en el Liceo Imperial de Pau. 

Lo que se sabe es bien poco de aquellos años. Los hermanos Álvaro y Gervasio Guillot Muñoz buscaron en 1925 algunos datos de este joven francoriental, pero con una obra prácticamente olvidada que recién se tradujo al español en 1974.

Es más, la fotografía que ilustra esta biografía no es de Isidore, la única que existió no fue revelada en papel fotográfico y se perdió en los papeles que la policía requisó durante el Golpe de Gabriel Terra en 1933, junto a cartas.

El montevideano

Los estudios biográficos señalan un bache de tres años en los cuales se sabe poco de él. Hay un francés, Prudencio Montagne, que asegura verlo en Montevideo, junto a su padre, en paseos largos durante los domingos. Esto fue hasta 1867. 

Retorna a París en 1868 y fallece un 24 de noviembre de 1870.

Así que lo más luminoso que conocemos de El Conde de Lautréamont son sus Cantos de Maldoror, que redactó entre 1868 y 1869, y sus Poesías, en 1870.

Nadie los valoró. El editor francés no quiso publicar algo que podía entenderse como satánico. Así que los libros fueron publicados de forma completa por un editor belga. Circuló muy lateralmente.

Lautréamont contra viento y marea

Realmente, quien rescata al Conde de Lautréamont es el círculo de vanguardistas del Surrealismo. Poésies aparece de forma completa recién en 1919, en la revista Littérature que dirigía André Bretón. Allí fue publicada de forma entera, pero al año siguiente su edición fue en formato libro a cargo de otro surrealista, Phillippe Soupault.

Se puso de moda. Los jóvenes simbolistas de principios del siglo XX lo ubicaron en un lugar de excepción que él jamás tuvo en vida. Los estudios de los Guillot Muñoz dieron luz a toda una generación de franceses que lo tomaron como bandera. 

El famoso médico psicoanalista Pichon-Riviére estuvo tras sus pasos y publicó obras sobre sus investigaciones, en 1947, que compartimos aquí: Análisis Psicoanalítico del Poema IX de los Cantos de Maldoror

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Como prueba de la potencia de sus escritos, les transcribimos una referencia a una ciudad que conoció:

“Cuando oís el viento de invierno gemir en el mar y sus orillas, o por encima de las grandes ciudades que desde hace mucho tiempo llevan luto por mí, o a través de las frías regiones polares, decís: «No es el espíritu de Dios el que pasa: es sólo el suspiro agudo de la prostitución, junto con los gemidos graves del montevideano.»”

Autor
Pablo Ibáñez
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