Hijo de un militar brasileño, Juan Carlos Gómez abrazó las ideas liberales desde tempranos años y las defendió en cada oportunidad a través de la prensa escrita.
Tan así que, luego de una discusión con Bartolomé Mitre a través de las columnas de opinión, los amigos de Gómez le regalaron la imprenta donde se imprimía el diario El Comercio de Chile y pasó a editarlo y a rebautizarlo como “El Diario”.
Nacido en 1820, la Guerra Grande fue el primer episodio bélico de su vida madura, pero se refugió en Chile (de esa época es el episodio que relatamos). Se recibió como abogado en Buenos Aires, tras la Batalla de Caseros.
Con su título en la mano, se radicó definitivamente en Montevideo. Su primer cargo político fue la banca de diputado por Salto, un departamento que, como vimos, jamás había pisado hasta el momento.
Recordemos que el primer gobierno tras la Guerra Grande fue el de Juan Francisco Giró, que finalizó con un golpe de Estado y la formación del Triunvirato. Duró poco al morir los dos caudillos referentes (Rivera y Lavalleja) y quedar Flores con la administración, por lo que renunció a su cargo de ministro de Gobierno y también de Relaciones Exteriores, propuesto por Lavalleja.
Viajó por Europa y Brasil, retornó a Buenos Aires para escribir en los principales diarios porteños, se opuso al gobierno federal de Justo José de Urquiza y también de un “supuesto” par en la lucha unitaria, al intercambiar duras columnas de opinión con Juan Bautista Alberdi.
Integrante del Partido Colorado, cuando el gobierno de Gabriel Pereira es uno de los fundadores del Club de la Defensa y del Partido Conservador. ¿Conservador de qué? Justamente, de los valores de la Defensa de Montevideo durante la Guerra Grande.
Pero la presidencia de Pereira no se caracterizó por permitir la oposición vinculada a ideas de los añejos partidos políticos, a quienes se achacaron todos los males del país. Fue expulsado de la capital en 1857 y Juan Carlos retornó, otra vez, a Buenos Aires. Y de allí ya no se fue más.
Sucedió a un amigo suyo, Domingo Faustino Sarmiento, en la redacción de El Nacional, periódico porteñista y liberal. Redactó para “El Inválido Argentino”, antecedente del prestigioso diario argentino “La Prensa”, y defendió a los mitristas unitarios que intentaron un golpe de Estado en 1874.
Como periodista, hay una impresionante recopilación de sus escritos y poemas que pasaremos a detallar.
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