Los hermanos Juan, Francisco y Felipe Saá forman parte de la estructura del poder económico y político de la provincia argentina de San Luis desde el siglo XIX. Felipe fue un caudillo unitario que, con el surgimiento de su hermano Juan, lo secundó en su liderazgo provincial federal.
Juan se casó con la hija de un cacique de los ranqueles, Painé, durante los años posteriores a la derrota de la Batalla del Quebracho Herrado de 1840. Fue uno más, hasta que en 1846 se vuelve a San Luis, en batalla contra su exjefe Manuel Baigorria.
Segundo del general federal Pablo Lucero, lo sustituye por nombramiento del propio Justo José de Urquiza. Estuvo en la Batalla de la Cañada de Cepeda de 1859, por el partido federal. Frente a él, Venancio Flores al frente de 4.000 uruguayos.
Al otro año, 1860, asume como interventor de San Luis tras nombramiento del presidente argentino Juan Derqui. Como sus cointerventores eran unitarios, finalmente las diferencias motivaron a la expulsión de Wenceslao Paunero y Emilio Conesa. El anterior gobernador, Antonino Aberastain, los defendió. El incidente finalizó con la batalla de la Rinconada del Pocito de 1861, victoria de Saá. Como el parte militar indica que el ataque definitorio fue hecho “a lanza seca”, es decir, sin usar lanzas sobre el enemigo, su apodo quedó establecido para el resto de sus días.
Juan Sáa en Uruguay
En 1863, escapando del gobierno de Bartolomé Mitre, ofrece sus servicios al gobierno de Bernardo Berro, que lo ubica como defensor de Montevideo. En ese año comienza la invasión de Flores y se mantiene por todo el año siguiente.
El 28 de agosto, el gobierno de Atanasio Aguirre lo nombra jefe del Ejército de Reserva, recuerda el diccionario de biografías de Fernández Saldaña. El cronista no tiene un buen concepto del militar argentino.
Su intento de defender Paysandú fue un inapelable fracaso. No hay crónica ni parte de aquellos días donde no se ponga un poco de esperanzas sobre los ejércitos encabezados por Lanza Seca, que jamás llegaron.
En la última semana de 1864, Paysandú y sus defensores fueron cruelmente perseguidos y fusilados. En las primeras semanas de 1865, el Ejército de Reserva era flecos. Fueron reabsorbidos por el Ejército de la Capital y Saá fue designado su comandante en jefe. Pero duró un día, porque el gobierno decidió partir la comandancia en cinco generales, otorgando a Lanza Seca el liderazgo del 3er cuerpo.
Eso fue el 20 de enero. El mismo día, pero de febrero, y sin mediar batalla, ingresa a Montevideo el general Venancio Flores. El paso del famoso Lanza Seca por Uruguay completó apenas seis meses.
La familia Saá en la actualidad
Sí se puede afirmar que Juan Saá y su familia integran los cuadros genealógicos del poder en San Luis. En la victoria o en la derrota, desde 1840 en adelante siempre hubo un Saá en la vuelta.
El hermano de Juan, Felipe, fue gobernador de San Luis en 1867. El hijo de Juan, Teófilo, protagonizó una de las tantas revueltas de la Unión Radical y Cívica; en 1893 destituyó a Jacinto Videla, que es el abuelo del posterior dictador argentino Jorge Rafael Videla, y se apoderó de San Luis.
Benigno Rodríguez Jurado fue gobernador de San Luis entre 1904 y 1907. Estaba casado con Feliciana Saá, prima de Teófilo. A partir de allí, la familia del poder en esa provincia argentina se llamará “Los Rodríguez Saá”.
Todos sus hijos fueron gobernadores: Humberto, Ricardo y Adolfo ocuparon el poder entre 1909 y 1938. El último, Adolfo, es el abuelo del gobernador actual de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá.
Pero ya en el otro partido político, el peronismo, “El Alberto” asume en 1983 la gobernación. Entre él y Adolfo, compartieron la jefatura de la provincia hasta hoy, que está en manos de Claudio Poggi.
Pero ninguno tuvo la oportunidad de presidir Argentina, excepto Adolfo, que duró en el cargo los siete días que separan el 23 de diciembre de 2001 y el 30 de diciembre, en el marco de la crisis política y financiera más grave de la historia de su país.
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