Era 1858. Irineu Evangelista de Souza ya tenía inversiones en aserraderos y metalúrgica. Además, un año antes fundó una sucursal bancaria en Montevideo. Rosario, ciudad argentina de características similares a la uruguaya, vio las puertas abiertas del Banco Mauá ese año.
El profesor Eduardo Guida Bría recordó para la web Rosario Show que el Banco Mauá fue el gran financiador del Estado Oriental a partir del retorno de los franceses en 1848, en el tramo final de la Guerra Grande.
Posteriormente, financió la llegada a Buenos Aires del Ejército Grande encabezado por Justo José de Urquiza, patrón de Entre Ríos. Por supuesto, también presó a ese nuevo gobierno, fundador de la Confederación Argentina.
Desde 1864, el Banco Mauá cobró todos los impuestos de la provincia de Santa Fe, cuya capital es Rosario. Y la sede ubicada en la peatonal Mauá vio dos quiebras de su dueño, en 1864 y 1872, justamente el año que cerró definitivamente la sucursal rosarina. De la segunda apenas se repuso económicamente, pero su prestigio ya no era el mismo.
El actual gobierno de la ciudad analiza si peatonaliza el pasaje que, años antes, vio el trajín de los rosarinos desde y hacia el abasto de frutas y verduras del viejo Mercado Central, ubicado en el casco histórico.