La venta de la Plaza Independencia y de la Plaza Cagancha

Plaza Independencia, 1894.
Plaza Independencia, 1894. Foto: CDFM.

Tras la pelea entre blancos y colorados, federales y unitarios, anglofranceses y rioplatenses, que terminó en la Batalla de Caseros de 1851, el país se aprestó a la reconstrucción. Pero eso se hace con dinero y es justamente lo que no había en las arcas montevideanas.

Los gastos de la Guerra Grande eran demasiado para un gobierno sin recursos que perdió el subsidio francés. El Gobierno de la Defensa tenía por costumbre privatizar la gestión de algunos impuestos.

Pero no alcanzaba. Así que en noviembre de 1851 el gobierno de Joaquín Suárez organizó una reunión con prestamistas privados, las grandes familias acaudaladas de Montevideo, con quienes firmó un contrato para instalar un directorio compuesto por delegados de los acreedores y por representantes estatales para formar un directorio que controle los impuestos aduaneros. La mitad para los empresarios, la mitad para el Estado.

Así que el gobierno siguiente a la Guerra Grande, el de Juan Francisco Giró, por decisión de Suárez, estaba prácticamente en bancarrota.

A esto se suman los trámites judiciales para que algunos acreedores cobren sus deudas con bienes públicos. Por ejemplo, Samuel Lafone casi se queda con El Cabildo; Francisco Hocquard tenía para cobrar el Cuartel de Dragones (un edificio militar!!!) y la Plaza Independencia; Matilde Rodríguez de Graña compró la Plaza Cagancha, pagó la mitad del precio en efectivo y la otra mitad eran deudas que el Estado mantenía con ella.

Plaza Cagancha en 1860.
Plaza Cagancha en 1860. La "Columna de la Paz" es de 1867.

Entonces Giró hizo un crédito por 300.000 pesos y lo entregó a los prestamistas para que gestionen esos fondos. Su objetivo era que los bienes inmuebles permanezcan en manos

estatales. Pero era fundamental que todos los dueños de deuda dijeran que sí. Obviamente no se alcanzó la unanimidad y chau proyecto.

Para resolver definitivamente la situación, Giró decretó el fin de la gestión compartida de las rentas de la aduana. La clase alta estalló en furia. Tanto que el gobierno de Giró apenas duró dos años.

Los invitamos a compartir el episodio sobre esta presidencia que se llama “La gira de Giró”.

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