El Correo fue un periódico que se publicó durante 1830 en la Imprenta Republicana. La Biblioteca Nacional compartió la edición del sábado siguiente a la Jura de la Constitución para complementar la información sobre la fecha y recordó, inquietantemente, cuál había sido la declaración de Florida de 1825 a favor de la unión con las Provincias Unidas, la actual Argentina.
Pero lean todo el artículo y observen por ustedes. Transcribimos las notas y les dejamos el link para leer toda la edición de El Correo.
Artículo de El Correo, publicado el sábado 24 de julio de 1830.
Aún continúa el júbilo y entusiasmo producido por la jura de la Constitución. En los días corridos desde el 18, todas las clases de la sociedad han tomado parte en la justa alegría que debe inspirar la idea de un futuro legal y de la felicidad que se prepara a tantas generaciones. Los magistrados, capitalistas, artesanos y labradores se han confundido al celebrar el acto grande de los pueblos civilizados y libres.
En este día, el ruido del cañón anunció ser el señalado para dar vida al Estado Oriental del Uruguay. El aspecto del día y el calor propio de la estación que se sentía como excesivo, no privaron que la concurrencia fuera numerosa y lucida durante el sacrificio ofrecido al ser Eterno antes de prestar el juramento. El ceremonial fue el prescrito según forma. Tributado el homenaje a la divinidad, el gobierno con sus ministros, las corporaciones y un numeroso acompañamiento de ciudadanos y militares, se dirigieron al lugar de las sesiones del cuerpo legislativo.
Allí, leída la Constitución, se prestó el juramento con arreglo a lo acordado por la Honorable Asamblea. El batallón de Cazadores que se hallaba formado en la plaza con un piquete de la milicia de infantería y escuadrón de línea de caballería prestó juramento e hizo tres descargas. Retirada la autoridad, cámara de justicia y demás corporaciones, se continuó este acto según estaba acordado.
El día terminó llenando el deber legal y, al suceder las tinieblas, la iluminación de las calles, plazas y demás casas públicas, nos presentó con el arte un símil de la luz que nos había arrebatado el grueso manto de la noche. Aún no estaba concluida la decoración de la plaza y así fue que solo ese nos presentó la casa consular adornada de vistosos transparentes y con una iluminación de vasos de colores, colocados con gusto y armonía para llamar nuestra atención.
Sobre las azoteas de los edificios flameaban los pabellones argentino, oriental, brasilero y el de otras naciones de las que pueblan el universo. Los transparentes tenían insertas las siguientes octavas:
A la Pastura. Ya la pastura empieza/a anunciar del Estado la grandeza;/Antigua como el mundo/Esta fuente de vida,/por la ley protegida/difundirá su manantial fecundo/Torna el pueblo Oriental el siglo de oro/y es la pastura su mejor tesoro.
La noble Agricultura, a la sombra de mis se asegura: con sudor afano el labrador activo riega el surco y cultivo, vuelve un erial en prado delicioso y al dulce Céres y Pomona, perlas y laureles la corona.
A la Industria. La industria se mejora./Es la ley liberal y protectora, vence el afán al suelo/ a la pieza inerte,/ y en riqueza convierte/ la inmensa producción del patrio suelo; presta vigor en libertad al hombre libre, libre respira, y oprimida muere la esclavitud.
A las Fábricas,. Las fábricas fomentan la industria y sus recursos acrecientan; sus obras productivas dan impulso vehemente al Estado naciente, donde abundan las materias primitivas; y dando a todo progresivo aumento, son del ingenio humano el complemento.
Las bellas artes crecen donde libertad y protección merecen; sus nobles producciones dan decoro y cultura, siendo señal segura del progreso y saber de las naciones, y de Peikins, de Fidias y de Apeles en ellas florecieron los laureles.
El comercio prospera, y es del Estado el alma verdadera; en cambio permanente giran las producciones, prosperan las naciones, por él será dichoso nuestro Oriente, formando desde el uno al otro polo de todo el universo un pueblo solo.
Navegación, por ella Colón descubre la región avante; tus naves por doquier tremolarán un día, triunfante, oh patria mía, en los mares de Neptuno tu bandera. Girando desde el sur, al mar del hielo las producciones del indiano suelo.
Las ciencias resplandecen, déspotas y tiranos se estremecen. Su luz brillante y pura, emanación divina, destruye e ilumina del fanatismo la niebla obscura. Y el lustre de la Patria se reserva a los logros de Apolo y de Minerva.
Este soneto fue compuesto para colocarlo en un transparente de la casa Consular.
Rayó el día inmortal y fortunado del Uruguay en la Oriental Rivera; donde la nueva nación sabia y guerrera goza la libertad que ha conquistado. De las leyes el código sagrado funda desde hoy su gloria verdadera; y el grito universal clama doquiera, "¡Salve dichoso y suspirado!" ¡Salud, hijos de Oriente! La alegría inspire en vuestros pechos ardimiento, inflame vuestra heroica bizarría; sostened de la ley el monumento, orientales, jurasteis este día, cumplid hasta la tumba el juramento.
Y aquí el segundo artículo, que hace referencia a los hechos de 1825. ¿Por qué lo habrán publicado esa jornada?
Circulará a los Cabildos de los Departamentos de la Provincia.
Concluida la parte oficial del documento, el gobierno provisorio, penetrado de la extensión de sus arduos deberes y de la importancia de una representación provincial, procederá inmediatamente a la convocatoria de la Sala de Representantes de la Provincia.
Cuando los dignos hijos de la patria han lanzado el noble grito de libertad, y empuñado las armas para recuperarla a toda costa, la suerte de los pueblos y su política existente debe ligarse a los órganos legítimos de su voluntad.
Es llegado el día de escucharse los majestuosos e imponentes votos de los seres que han roto sus cadenas, abjurando por siempre la ridícula obra de las combinaciones y tenebrosos planes de sus mandatarios. La Provincia Oriental desde su origen ha pertenecido al territorio de las que componían el virreinato de Buenos Aires, y por consiguiente, fue y debe ser una de la unión Argentina, representadas en su Congreso General Constituyente.
Nuestras instituciones, pues, deben modelarse por las que hoy hacen engrandecimiento y prosperidad de los pueblos hermanos. Empecemos por plantear la sala de nuestros representantes, y este gran paso nos llevará a otros de igual importancia a la organización del país y a los progresos de la guerra.
Empecemos por plantear la sala de nuestros representantes, y este gran paso nos llevará a otros de igual importancia a la organización del país y a los progresos de la guerra.
El gobierno ha dedicado su primera atención a la noble Agricultura, y espera que seguidos en tan honroso esmero, se verifique a la brevedad más posible el nombramiento de la representación provincial con arreglo a las instrucciones que se acompañan al efecto.
Dios guarde a V.S. muchos años.
Florida 17 de Junio de 1825
Manuel Calleros, Manuel Durán, Francisco Joaquín Muñoz, Juan José Vásquez, Loreto de Gomensoro, Francisco Araúcho. Secretario: Araúcho.
Fuente: http://bibliotecadigital.bibna.gub.uy:8080/jspui/bitstream/123456789/42469/1/EL_CORREO_N125.pdf