¿Se acuerdan del malo de Robin Hood? Les explicamos cómo hizo el primer gobierno patrio para cobrar impuestos, la oposición de los dueños del campo y le contamos algunas deudas estatales.
En este episodio de Nautamedia Historia, conducido por Pablo Ibáñez y con la locución de Rosario de la Cruz, se aborda el tema crucial del cobro de impuestos durante la primera presidencia de Uruguay, bajo el mando de Fructuoso Rivera.
Contexto y Problemas Iniciales
Desde el inicio, en 1830, Rivera enfrentó la dificultad de identificar claramente la propiedad de las tierras para poder cobrar impuestos de manera efectiva y asegurar ingresos permanentes para el Estado. Este problema era esencial para financiar el gobierno y los servicios públicos.
Presupuesto y Gastos del Estado
En 1831, el presupuesto del gobierno de Rivera se destinaba mayormente al pago del ejército y los militares jubilados, representando dos tercios del presupuesto anual. Los problemas financieros eran evidentes. Muchos funcionarios públicos, incluyendo jueces, educadores y trabajadores de la salud, experimentaron retrasos en sus pagos, a veces de hasta seis meses, lo que llevó a renuncias y descontento generalizado.
Fuentes de Ingreso del Estado en la primera presidencia de Rivera
El Estado se financiaba principalmente a través de la recaudación de la aduana y el crédito. En 1831, la deuda ascendía a más de 500,000 pesos, lo que llevó a la emisión de permisos a cuenta y la tercerización de servicios. Por ejemplo, José Ramírez gestionó los corrales de abastos y Francisco Aguilar la pesca de anfibios.
Alquiler de Tierras Públicas
El ministro Lucas Obes propuso alquilar tierras públicas bajo el sistema de enfiteusis, con la expectativa de recaudar 80,000 pesos anuales. Sin embargo, este plan se vio frustrado por revueltas y la resistencia de las clases altas a pagar impuestos directos sobre la tierra.
Resistencia y Soluciones Alternativas para financiar al Estado
Las clases altas hicieron un gran esfuerzo para evitar el pago de impuestos directos a la tierra. Se preferían los impuestos a las exportaciones y la circulación de bienes, mientras que los ingresos de la aduana seguían siendo cruciales para las arcas nacionales. La financiación del Estado mediante arrendamientos de impuestos, incluyendo la aduana, reflejaba una administración deficiente y la dificultad de mantener un sistema financiero robusto.
¿Escuchamos el podcast de historia? ¡No te cobro nada!
La administración de Rivera se enfrentó a constantes revueltas y desafíos financieros. La resistencia de las clases altas y la dependencia del crédito y la recaudación aduanera subrayaron las dificultades de establecer una base fiscal sólida en el joven Estado uruguayo.