Finalmente, los rebeldes llegaron por el lado argentino. Desembarcaron en la playa de la Agraciada y organizaron un gobierno en dos meses. ¿Cómo hicieron, a quiénes representaban, quiénes fueron los impulsores? Todo eso y más en este capítulo.
El Desembarco de los 33 Orientales: Un Grito de Independencia en la Historia Uruguaya
Bienvenidos a un nuevo episodio de la historia uruguaya, presentado por Nauta Media. Hoy nos sumergimos en uno de los momentos más trascendentales: el desembarco de los 33 orientales, un hito que marcó el camino hacia la independencia de Uruguay
Imagina el escenario: estamos en 1825, en plena efervescencia política y social. La Provincia Cisplatina, como la conocemos hoy, era un torbellino de conflictos y tensiones constantes. Y en medio de este caos, surge un grupo de milicianos dispuestos a cambiar el rumbo de esta historia.
Los Caballeros Orientales
Juan Antonio Lavalleja, una figura central en esta gesta, se refugia en Entre Ríos tras fracasos previos. Desde allí, reúne a exiliados orientales y establece un vínculo crucial con compatriotas en Montevideo y Buenos Aires. Es el comienzo de una conspiración que culminará en breve.
El 14 de marzo de 1825, se dan los primeros pasos hacia la invasión. Las reuniones secretas, las estrategias meticulosamente planeadas, todo en preparación para el gran momento: un cruce en botes que cambiaría el destino de este lugar.
Pero, ¿quiénes estaban detrás de esta audaz empresa? Empresarios, cansados de la competencia desleal y la explotación de recursos, se unieron al movimiento. Nombres como Juan Manuel de Rosas y Pedro Lezica figuran en la lista de aportantes, demostrando que la lucha por la independencia fue un esfuerzo colectivo.
Sin embargo, las tensiones políticas no pueden pasarse por alto. Mientras Bernardino Rivadavia lideraba desde Buenos Aires con ideas unitarias, el Congreso se debatía entre la guerra y la diplomacia, mientras el país se preparaba para enfrentar un nuevo desafío.
El Desembarco de los Treinta y Tres Orientales
El 19 de abril de 1825, los revolucionarios llegan a tierra firme. El encuentro entre Lavalleja y Rivera marca el inicio de una nueva etapa, repleta de desafíos y sacrificios, en el Abrazo del Monzón. Los primeros días de la lucha no son fáciles, con soldados desertores enfrentando duras consecuencias y familias divididas por ideales y lealtades.
El sitio a Montevideo, marcado por el contrabando y la escasez, no logra sofocar el ímpetu de aquellos que sueñan con una provincia liberada. En apenas dos meses, los líderes revolucionarios logran establecer un gobierno propio.
¿Escuchamos el podcast?
Pero no te pierdas el próximo episodio, donde desvelaremos nuevos secretos y revelaremos los próximos pasos hacia la libertad.
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