En el episodio anterior, repasamos la primera elección en la historia independiente de Uruguay en 1830, caracterizada por una notable desorganización debido a la tradición colonial. Hoy, exploraremos la evolución del proceso electoral uruguayo en el siglo XIX, antes de la creación de la Corte Electoral.
El Rol de los Jueces de Paz en las Elecciones de Uruguay
Inicialmente, los jueces de paz desempeñaban un papel central en las elecciones uruguayas. Ellos elaboraban el padrón electoral, organizaban la mesa electoral y se encargaban de llevar las actas a la villa cabeza de escrutinio. Este sistema se mantuvo durante la primera mitad del siglo XIX.
Las Juntas Económico-Administrativas
En 1865, las Juntas Económico-Administrativas, precursoras de las actuales Intendencias, comenzaron a gestionar las elecciones en Uruguay. Este modelo perduró hasta 1887, cuando se crearon las Juntas Electorales, los primeros órganos dedicados exclusivamente a gestionar todas las fases del proceso electoral. Para 1893, estas Juntas ya controlaban todo el proceso electoral en Uruguay.
Críticas a los Jueces de Paz
A pesar de su importancia, los jueces de paz enfrentaron críticas constantes. En 1898, Aureliano Rodríguez Larreta afirmó que los parlamentarios despreciaban tanto a estos funcionarios que decir “juez de paz” era casi una mala palabra. El diputado blanco Francisco del Campo los acusó de ser depositarios de boletas fraudulentas.
A pesar de la desconfianza, Rodríguez Larreta recordó las palabras de Justino Jiménez de Aréchaga, quien señalaba que cualquier funcionario electoral podía cometer fraude, no solo los jueces de paz. Consideraba este tema más importante que los reclamos de las guerras civiles de Aparicio Saravia, un comentario que refleja la gravedad de la situación a finales del siglo XIX.
Fraude Electoral en el Siglo XIX en Uruguay
El académico brasileño Alexandre de Oliveira Bazilio de Souza ha documentado estas cuestiones en un extenso estudio sobre las actas parlamentarias uruguayas. La evidencia muestra numerosos ejemplos de fraude electoral en el siglo XIX, lo que llevó a la introducción de nuevos actores para garantizar la integridad del proceso electoral.
Algunas Elecciones del Siglo XIX en el Estado Oriental
- La Elección de 1868: Tras la muerte del caudillo Venancio Flores, Uruguay se preparó para elegir entre dos candidatos colorados: Lorenzo Batlle y Gregorio Suárez. La elección, marcada por el escándalo, involucró la compra de votos según reveló un embajador europeo. Batlle ganó, y el perdedor, Suárez, se quedó en el gobierno como ministro de Guerra y Marina.
- El Atrio de la Iglesia Matriz en 1872: Durante las elecciones para alcalde ordinario y defensor de menores en Montevideo, las tensiones entre "principistas" y "candomberos" culminaron en violencia. Los principistas, liderados por José Pedro Varela, se enfrentaron a los candomberos, resultando en la muerte del joven Francisco Lavandeira, un acto que lo convirtió en un héroe para los blancos.
- El Incidente en Minas en 1892: En la ciudad de Minas, el integrante del colegio electoral, Arturo García, fue arrestado bajo pretextos, alterando el resultado electoral a favor del candidato oficialista, Prudencio Ellauri. Este evento refleja la manipulación política de la época.
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El investigador Stepan Ruderer, en su estudio comparado sobre corrupción en Argentina y Uruguay, argumenta que el fraude electoral en Uruguay fue menos catalizador de rebeliones armadas que la corrupción económica o administrativa. Las reformas de Batlle y Ordóñez subrayaron la importancia de la integridad económica, un legado que ha moldeado la percepción de los políticos uruguayos como figuras que no se enriquecen ilícitamente.
La historia electoral uruguaya del siglo XIX es un testimonio de la lucha por la transparencia y la justicia, un camino que ha definido la política del país hasta nuestros días.