Pedro II y la tarea de la nación propia

Pedro II de Brasil
Pedro II

Así que Pedro asumió la corona imperial. A los 20 años, ya en 1845, Pedro estaba al mando de un país atrasado, trancado en medio de una guerra, basado en una economía esclavista y quebrado.

Sin embargo, salió airoso de los conflictos bélicos más importantes de América del Sur (la Guerra Grande, la Guerra de Uruguay y, sobre todo, la Guerra de la Triple Alianza). Mantuvo al sistema monárquico hasta el final, cuando un grupo de militares lo descabezó del poder en lo más alto de su popularidad debido al problema de la liberación de los esclavos. Y se fue.

Sus últimos dos años los pasó en París, sobreviviendo. Falleció a los 66 años en 1891.

En Nautamedia Historia les presentamos la película de Malú Mader sobre la relación entre el vizconde de Mauá y el emperador Pedro II, donde se puede ver al monarca, joven pero ya en pleno desarrollo de su poder, taciturno, un flaco enfermizo.

Mauá: el emperador y el rey

También un artículo sobre su preocupación por la batalla cultural que le permita a él ser bandera de cierto sentimiento de unidad nacional. Es ésta una de las épocas fundamentales para entender por qué en Brasil lo afro, identificado con el pasado esclavista, fue menos valuado que lo indígena y nativo, un tono adoptado por la monarquía.

Pedro II de Brasil, el monarca que le dio una historia a su país y no se hizo problema cuando lo obligaron a salir del trono

O su relación con su esposa, Teresa Cristina, a quien aceptó porque le dijeron que era una linda mujer pero, al conocerla, se fue hasta las lágrimas por el engaño al que había sido objeto por sus cortesanos. Pero después la quiso y, a su fallecimiento, le siguió un lamento por aquella mujer con quien compartió la vida y el poder.

Y como llegaron distintos gobiernos inestables, la memoria de su largo reinado pasó de calificarlo como el atraso a un momento fundacional de la vida brasileña, con progresos materiales concretos y logros desde el punto de vista social, especialmente la abolición de la esclavitud y su poco apego al poder, una clara diferencia con los siguientes mandatarios norteños.

 

Autor
Pablo Ibáñez
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