Josefa Palacios, la pintora olvidada de la patria

Desembarco de los Treinta y Tres, Josefa Palacios. 1854.
El Desembarco de los Treinta y Tres Orientales.
Josefa Palacios 1854

En un panteón de varones pintores urguayos, emerge la figura de Josefa Palacios (¿? – 1881). Fue la primera artista que pintó el Desembarco de los Treinta y Tres Orientales. Una mujer reconocida por su calidad al lápiz o el pincel desde muy pequeña, pero recién incorporada en las listas históricas de artistas visuales en el siglo XXI. ¿Por qué demoramos tanto?  

Biografía de Josefa Palacios

Es poco lo que se conoce de su vida. Su padre era Antonio Palacio, sin la “s”, casado con Rosa González Amores, su mamá, quienes llegaron desde España hacia estas tierras del sur virreinal para poblar la Patagonia, proyecto que se frustró. Así que sus padres solicitaron permiso para residir en Colonia del Sacramento, el lugar donde Josefa residió. 

¿Cuándo nació Josefa Palacios? No está fehacientemente determinado. Según el censo de 1836, en Colonia residían dos Josefa Palacios en la misma calle: una dijo que tenía 38 años y, la otra, 16 años. ¿Cuál de las dos será? Tampoco hay certeza sobre su fallecimiento, con dudas entre los años 1881 o 1882 porque el acta de defunción aún no apareció. Se conoce que se casó y se mudó a Montevideo y posteriormente a Buenos Aires. 

Según la exposición de motivos que presentó el edil Santiago Pittamiglio Laurito para llamar la calle donde residió con su nombre, el periódico “El comercio del Plata” publicó en 1849 como una persona vocacional de las artes plásticas desde pequeña: “a los doce años manejó con soltura el lápiz como el pincel”, escribió Augusto Shulkin según recuerda Sonia Brandrymer.

Cinco años después, pintó “El Desembarco de los Treinta y Tres Orientales”, en 1854. Es un óleo sobre tela de 97 centímetros de alto por 122 centímetros de largo. A nadie se le había ocurrido pintar este evento histórico. Recién 23 años después Blanes comenzaría su tarea. 

Durante todo el siglo XIX, el cuadro de Josefa permaneció con su familia. En 1911, sus hijos donan la obra al Museo Histórico Nacional y la restaura Ernesto Laroche dos años después. Y en ese museo permaneció junto a otras obras de la pintora, como el retrato de Ignacia Ortiz de Argentó, esposa del jefe de la Defensa de Paysandú, Francisco Argentó, y el retrato de Florencio Varela.

Pero hay otras pinturas, como la que realizó a Francisco Acuña de Figueroa (cuya biografía se puede consultar). El poeta la conocía, a tal punto que escribió sobre una efigie que Josefa realizó sobre su marido, Manuel Gómez de la Gándara. También hizo referencia a un cuadro de la Virgen María. En cuanto al retrato de Varela, el autor del himno uruguayo escribió: 

‘La diva de la pintura
Pepita artista oriental
Me hizo mi retrato, y tal,
Que es mi idéntica figura,
Dios la inspira y como soy,
Que a veces dudo perplejo.
Si es mi retrato o mi espejo,
El que allí mirando estoy,'

Ella no firmaba ni fechaba sus trabajos. La obra de Josefa se quedó entre museos, colecciones privadas y el conocimiento de los académicos. El rescate de su figura comenzó en la década de 1990 y en 1997 la Junta Departamental de Montevideo bautizó una de las calles de Punta de Riele con su nombre. Tras su incorporación al Acervo Digital, el MEC decide introducirla gracias al reconocimiento de Brandrymer. ¿Por qué si sus contemporáneos y los académicos la conocían demoró tanto su reconocimiento?

Palacios entre pintores

La potencia de Juan Manuel Blanes, tanto por la calidad de su obra, la personalidad, la fama y los argumentos que trabajó, inundan las crónicas, estudios y análisis de la pintura uruguaya en el siglo XIX. Aparece un espacio vacío entre los primeros acuarelistas o el litógrafo Besnes e Irigoyen, al inicio de la independencia oriental, y los primeros cuadros del “pintor de la patria”, como se conoce al ilustre artista.

Pero allí donde aparece un espacio en la historia, hay gente como Juan Ildefonso Blanco (1812 – 1889), o Juan Secundino Odoherty (1807 – 1859) o antes incluso un Diego Furriol (1803 – 1841). Como vemos, todos hombres. 

La historia de la pintura uruguaya de José Pedro Argul publicada en 1955 en la revista del Instituto Histórico y Geográfico no tiene mujeres en su listado. Esto, a pesar de que en esos años ya se conocía a Josefa Palacios, debido a que el propio director de la revista, Juan Pivel Devoto, había establecido en 1852 que “El Desembarco de los Treinta y Tres” que poseía el Museo Histórico era un cuadro de ella.

Recién en 2012, Palacios fue incluida en un catálogo histórico de artistas de nuestro país a partir de la recopilación que organizó la curadora Sonia Brandrymer. Para más información, el catálogo está abierto a la web y se puede visitar, por ejemplo, lo que dice de Josefa Palacios.

Los Treinta y Tres Orientales de Josefa Palacios

La obra de Blanes presenta treinta y tres héroes de pecho ancho y glorioso pabellón al viento, en una mañana luminosa que alumbraba un nuevo mañana a partir de los brazos alzados de valientes héroes románticos que arribaron a una playa ancha como sus ilusiones.

Josefa pintó un secreto. El escenario fue una madrugada oscura en un lugar resguardado entre los matorrales de una pequeña playa donde resaltaba un patilludo héroe con una bandera tricolor en la mano, liderando una línea de personas que caminaban con sigilo. 

Es, prácticamente, un calco de la historia de ambas obras. Mientras la majestuosa pintura de Blanes ocupa el centro de la historia de la pintura nacional, el cuadro de Palacios navegó sigilosamente para alcanzar la luz del gran público luego de un siglo y medio de trayectoria entre muros y académicos. 

Otras versiones del Desembarco de los Treinta y Tres Orientales

No es el único cuadro pictórico, como les decíamos. Al de Blanes hay que sumarle otros, como el precioso cuadro de Labruna que aparece en un boletín de circulación interna del Colegio Fátima, con una referencia clara al aspecto religioso del asunto.

 

Desembarco, Colegio Fátima.

 

No encontramos autor de esta increíble pieza cuya imagen fue publicada en la revista La Ciudad, de Concepción del Uruguay (hermana provincia argentina de Entre Ríos). Si alguien tiene el nombre, nos contacta por favor!

 

Desembarco, sin nombre.

Y para terminar les mostramos el cuadro que utilizamos para ilustrar nuestro podcast. Es el iluminado proyecto que pintó un artista uruguayo contemporáneo, Rodolfo Estanislao Miranda.

 

Desembarco de los Treinta y Tres. Rodolfo Estanislao Miranda.

 

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Autor
Pablo Ibáñez
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