El problema tenía años. El control de la presidencia del Senado era fundamental para la organización de las siguientes elecciones y la disputa estaba entre los ligados al presidente Berro, los “vicentinos”, y sus opositores, los “amapolas”.
La discusión por la suplencia de las bancas en el Senado dejó trancada a la cámara alta en momentos de honda preocupación por la Cruzada Libertadora que encabezó Venancio Flores.
Con medio parlamento parado, con milicias dando vueltas por el país, Bernardo Berro propone el aplazamiento de las elecciones que debían realizarse en noviembre de 1863.
Pero los amapolas rechazan la idea. La discusión trascendió las paredes del Cabildo de Montevideo, la sede legislativa, y recaló hondamente en el Ejército. Se profundiza la pelea entre amapolas y vicentinos que tratamos en otro artículo.
La muerte de un coronel fundamental para la presidencia de Berro
Bernardo Olid, uno de los caudillos que peleó por la postulación de Bernardo Berro a la presidencia, movilizó sus fuerzas desde Maldonado hacia la capital y la respuesta del presidente fue su destitución inmediata.
En el medio, el propio Olid debió enfrentar a unas huestes floristas, según relata Washington Lockhart. Y allí perdió su vida el coronel. La crisis se agravó.
Una de las salidas fue la puesta en la presidencia del presidente del senado, Atanasio Aguirre, como presidente provisorio. Su tarea era organizar las elecciones para pasar el mando a otro mandatario surgido por las urnas, el 1º de marzo del año 1865.
Pero la realidad fue otra.
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