La triste historia del lugar de la Declaración de Independencia

Rancho histórico. Juan Curuchet Maggi.
Rancho histórico. Juan Curuchet Maggi.

Era un ranchito. En el corazón de la Villa de la Florida, el lugar que don Basilio Fernández tenía lo entregó para que se instale la Sala de Representantes de los pueblos orientales. Allí fue proclamada la independencia uruguaya un 25 de agosto de 1825. ¿Qué pasó con él?

El pintor floridense Alberto Prato y su boceto del "Rancho Histórico" en un boceto, mientras que Juan Curuchet Maggi inmortalizó este lugar en un cuadro. Un rincón modesto, con paredes de ladrillos y techo de paja, fue el escenario donde debatieron los diputados.

Proyecto del MTOP de 1974. Fuente: El Heraldo de Florida.
Proyecto del MTOP de 1974.
Fuente: El Heraldo de Florida.

Ese rancho también fue protagonista otros eventos trascendentales como la fundación de la Villa de la Florida en 1809. Los voluntarios artiguistas se reunieron en la esquina del rancho antes de marchar a la Batalla de las Piedras. En 1857, el presidente Gabriel Pereira elevó a departamento a esa zona. Pereira fue representante en la Honorable Sala, conoció el Rancho.

En 1809, como decíamos, fue fundada la villa. En el reparto, ese predio fue otorgado al sacerdote Santiago Figueredo. En 1810 pasó a doña Ana Hernández hasta 1825, cuando lo vendió a Basilio Fernández. En 1830 se ubicó a la escuela del lugar.

Pero los cañones del ejército de Venancio Flores derrumbaron al Rancho y a buena parte de la ciudad de Florida. La vida hizo que en el lugar se construyeran edificios de oficinas. En 1950 el edificio fue adquirido por el Estado para utilizarse como sede de la biblioteca y del museo local.

Más artículos: Coquimbo, el perro de Venancio Flores

En 1964 demolieron el edificio, pero el proyecto que tenían para el predio no se concretó. La dictadura tenía otro plan que tampoco finalizó: un memorial que impulsó el Ministerio de Transporte y Obras Públicas de la época, que se cayó con el gobierno de Juan María Bordaberry. Y así quedó el predio, pelado, solo con un monolito negro y la fecha de conmemoración.

El legado solo perdura en las memorias de los lugareños que aprecian su importancia en la historia de la independencia uruguaya, sin que a nadie se le ocurra reconstruir un viejo rancho de ladrillo, techo de paja y paredes recubiertas de barro.

En base a FloridaDiario, 2010.

Más en NMH