Revolución de César Díaz: hacia la batalla decisiva

Arriba, César Díaz. Debajo, Manuel Freire y Brígido Silveira.
Arriba, César Díaz. Debajo, Manuel Freire y Brígido Silveira.

Montevideo, 27 de enero de 1857. La revolución liderada por César Díaz y los conservadores había comenzado el 16 de diciembre del año anterior, pero el destino de los rebeldes estaba a punto de quedar sellado. Con 70 personas desembarcaron en el muelle portuario de Lafone, en el Cerro de Montevideo, pero sabían que necesitaban más apoyo para cambiar el rumbo del país.

Biografía de César Díaz, radical hasta el fin

Dos columnas marchaban hacia la capital desde el este y el oeste: el coronel Brígido Silveira atravesó las cuchillas de Minas con 800 soldados, mientras que el general Manuel Freire, héroe de los Treinta y Tres Orientales, avanzaba con su cuerpo de artillería. Sin embargo, los famosos muros de la ciudad impidieron el ingreso por sorpresa de los sublevados.

Biografía de Manuel Freire, el Treinta y Tres Oriental caído en Quinteros

Para lograr la victoria, era necesario el apoyo de otro caudillo, Anacleto Medina, cuyo pasado militar fue tan intenso como, ¿de qué forma decirlo?, sinuoso. Detrás de él, más de 1.200 soldados de las tres ramas militares de tierra se movilizaban por San José, Florida y Durazno.

La revolución de Díaz duró exactamente diez días. Enfrentados en Cagancha, en San José, con las brumas de Fructuoso Rivera y la Guerra Grande en la arena de la batalla, el ejército gubernamental derrota finalmente a los rebeldes.

Los buscan por los departamentos mencionados hasta que los rodean pasando el Río Negro. La historia se vuelve difusa a partir de aquí.

Según el parte militar de Anacleto Medina, los rebeldes se entregaron sin condiciones. Sin embargo, otros aseguran que hubo un acuerdo para escoltar a los oficiales rebeldes hacia Brasil y encarcelar a la tropa, respetando la vida de todos. La verdad permanece nublada entre decisiones tempranas y contramarchas tardías.

El desenlace fue fatal. ¿Qué sucedió en el Paso de Quinteros? Vamos a contar el derrotero fatal, el fruto de un tiempo violento y sanguinario que sirvió de aliento para buscar más sangre.

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¿Será así?

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