A la conclusión de la Guerra Grande, Montevideo experimentó una transformación radical. Con el gobierno centralizado y las funciones urbanas concentradas, las dos décadas siguientes presenciaron una rápida ocupación del territorio. La Ciudad Nueva se densificó, y las áreas de la Aguada y del Cordón se desarrollaron. En 1861, se aprobaron los amanzanamientos que prefiguraron la expansión futura hacia el norte y el este. Este crecimiento, impulsado por la libre competencia, llevó a una expansión caótica, especialmente en el último tercio del siglo XIX.
La Ciudad Novísima y el Bulevar General Artigas
En 1878, se intentó circunscribir el desarrollo con la aprobación del trazado del Bulevar General Artigas, delineando así un nuevo sector: la Ciudad Novísima, que abarcaba la Ciudad Nueva y los amanzanamientos hasta el bulevar. Sin embargo, este trazado no detuvo la expansión.
Urbanizadores como Francisco Piria impulsaron la construcción de nuevos barrios, extendiendo la ciudad más allá de los límites impuestos.
Nuevos Medios de Transporte y Crecimiento
El establecimiento de métodos de transporte, como el tranvía, facilitó la expansión. Francisco Piria y otros urbanizadores contribuyeron a una ciudad extendida. La presencia del tranvía y el desarrollo del sistema ferrocarrilero desde 1869 aceleraron la extensión de la trama urbana.
La modernidad de Montevideo se consolidó con equipamientos urbanos como agua potable, luz eléctrica, gas, y comunicaciones telegráficas y telefónicas.
Esparcimiento y Desarrollo Clasista
A finales del siglo XIX, zonas de esparcimiento para clases altas comenzaron a consolidarse. El Prado, alrededor del incipiente parque, el Pueblo de los Pocitos incorporado en 1881, y la temprana zona balnearia de Carrasco prefiguraron el desarrollo futuro hacia el este, a lo largo del litoral costero del Departamento.
La Modernidad de Montevideo en los Umbrales del Siglo XX
Entre los dos siglos, Montevideo experimentó una modernización significativa. Según el censo municipal de 1889, la población del Departamento alcanzó los 215,061 ciudadanos. La consolidación de zonas de esparcimiento y el desarrollo infraestructural marcaron una transformación que definió la identidad de la Ciudad Novísima.
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